¡Cruce la frontera sin salir de mi país!

Los zorros tienen sus cuevas y las aves del cielo sus nidos;
pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza

      Crucé la frontera. Sí. Crucé la línea sin arriesgar mi vida ni pagar a un coyote que cobra una fortuna. Crucé esa línea que me lleva a un encuentro cercano con la realidad de los migrantes, crucé ese muro donde encuentro diversidad de cultura. Al estar del otro lado de la frontera encuentro desierto, soledad, desesperanza, angustia, tristeza, desanimo, pero también veo unos ojos llorosos que se niegan a perder la ilusión y el deseo de buscar algo mejor.

       Desde hace algunos meses (aproximadamente seis meses) tratamos de cruzar todos los sábados la línea divisora sin salir de la ciudad. Cada sábado un grupo de amigos nos dirigimos a la frontera y entramos a un lugar que se llama Instituto Nacional de Migración. (INM) se encuentra a un costado de Galerías (un área comercial en Hermosillo que contrasta con la realidad que se vive dentro de las instalaciones) Y como cualquier migrante a veces nos es imposible pasar por diferentes motivos que no se comparan a lo que viven los migrantes en su caminar. A nosotros a veces nos niegan el paso porque hay algún tipo de revisión dentro del INM y nos regresamos tranquilos a casa, mientras que a los migrantes son capturados por la migra y para que lleguen a su casa a veces tardan una semana (cuando les va bien) o tardan más de ocho meses, mientras están encerrados.

       Al cruzar la puerta café de hierro nos reciben amablemente dos guardias (que por cierto nos conocen como “los hermanos”) entramos y nos registramos en un libro, después pasamos por otra puerta y llegamos a lo que es el comedor donde esperamos encontrarnos con los migrantes. A veces nos encontramos con más de treinta o menos de diez personas.

       Salen con miedo, callados y asustados, ¡pues claro no es para menos todo lo que han vivido! Me imagino que al vernos piensan que vamos a interrogarlos, cuestionarlos etc. Ellos para mí son unos desconocidos al igual que yo para ellos. Nunca antes nos hemos visto y quién sabe si nos volveremos a encontrar. Después de este primer encuentro, tratamos de romper el hielo. Cada uno dice su nombre y de donde es originario. He conocido a Chapines, Catrachos, Guanacos, Haitiano, Hindú y Japoneses (creo que eran de Japón) Una vez que nos presentamos los invitamos a colorear. Sí, a colorear unas mándalas, al principio alguno les cuesta trabajo hacer esta actividad, pero he descubierto a través de ellos que el arte es un medio que ayuda a tranquilizar el corazón, a conectarse con uno mismo y a ordenar algunos sentimientos.

      Mientras colorean compartimos el café y galletas. Me da alegría cuando sonríen por una taza de café porque creo que recuerdan su tierra. También llevamos una guitarra donde compartimos y cantamos algunas canciones de su tierra, pero la que más tiene éxito es la de Speedy Gonzales. Ya que no es solo para niños también los adultos se ríen mucho.

       ¿Qué rostros encuentro al momento de cruzar esta frontera?

       Desde diciembre no he dejado de pensar en Tomas un niño de 10 años. Al verlo fue algo impactante ya que él estaba solo, ver su cara triste y llorosa, recuerdo que quise platicar con él, pero no pude. Tenía una mirada cabizbaja, solo recuerdo que me dijo que su mamá y papá estaban en el “otro lado” mientras duramos allí, no dejaba de llorar (casi siempre duramos dos horas) ¿Cómo es posible que un niño de diez años este viviendo este tipo de experiencia? ¿A caso los niños no juegan, no estudian, no se divierten? ¿Cuál es la ilusión de un niño común y cuál es la ilusión de Tomas?

      Son preguntas que no puedo responder pero que me cuestionan mucho y porque no decirlo, se me quiebra la voz y brota una gota de agua. Sin duda son experiencias fuertes que van viviendo estos pequeños y que marcaran su vida.

      Este cruce de frontera no es fácil. Y no me refiero al momento de ingresar al INM, me refiero a cruzar ese muro que vamos construyendo con prejuicios, donde juzgamos sin darnos la oportunidad de acercarnos a esta realidad.

      Al terminar nuestra visita después de pintar, comer, cantar y compartir o mejor dicho escuchar sus experiencias, terminamos siendo todo lo contrario cuando nos vimos por primera vez. Ya no somos unos desconocidos, ya nos conocemos y nos decimos hermanos. Un señor nos digo: no dejen de venir, alegran nuestro corazón para que también alegren el corazón de los que van a llegar. Nos despedimos con un apretón de mano y a veces un abrazo, pero siempre con una sonrisa y con un corazón agradecido por compartir la vida y nuestra fragilidad.

      No somos nosotros los que vamos a dar alguna platica o los que vamos a enseñar, son ellos, los migrantes, los que me enseñan a mí, me enseñan a valorar la vida, a seguir deseando algo mejor para todos, me enseñan a no dejarme vencer. Me enseñan a Resistir a pesar de todo.

      Hay ojos llorosos y desanimados, pero también hay una gota de lagrima en cada ojo que no ha dejado de desear una vida más plena. Lo que me mueve a ir cada sábado es ver esos rostros llenos de experiencia y ver en cada rostro y mirada a un Jesús encarnado. Jesús se hace uno con los migrantes y los migrantes me muestra a Jesús.

Paco Durazo

Resiste,
aunque a veces duela la vida.
Aunque pesen los muros
y el tiempo parezca tu enemigo.

Resiste,
aunque las lágrimas
surquen tu rostro y tu entraña
demasiado a menudo.

Aunque la distancia
con los tuyos
parezca insalvable.

Aunque el amor sea, hoy,
un anhelo difícil,
y a menudo te muerdan
el miedo, el dolor, la soledad,
la tristeza y la memoria.

Resiste.
Porque sigues siendo capaz
de luchar, de reír, de esperar,
de levantarte las veces que haga falta.

Tus brazos aún han de dar
muchos abrazos, y tus ojos
verán paisajes increíbles.

Acaso, cuando te miras al espejo,
no reconoces lo hermoso,
pero Dios sí. Dios te conoce,
y porque te conoce

sigue confiando en ti,
sigue creyendo en ti,
sabe que, como el ave herida,
sanarán tus alas y levantarás el vuelo,
aunque ahora parezca imposible.

Resiste.
Que hay quien te ama
sin condiciones,
y te llama
a creerlo.

Experiencia en el comedor por Melina -Noviembre 2016



El día de hoy llegamos al comedor y ya estaba servida la comida por lo que aproveché para ponerme en la ventanilla de entrega para poder servir. Esperando a que empezaremos recordé la primera vez que fui a servir; la situación del comedor. Era un tejaban con mesas y una mesa grande de herrería que era donde ponían los platos, a mi me tocó servir del agua de unos botes de plástico; y me puse a pensar, en cuanto ha avanzado esa gran obra, ya son 3 años de aquel entonces, y reflexiono a cerca de la oración de la mañana donde viene la lectura de los talentos y veo cómo de granito en granito se ha convertido en el comedor que es ahora, más cómodo y limpio para ofrecer un servicio digno a nuestros hermanos necesitados. Veo cómo la suma de un par de manos han marcado diferencia, veo cómo los talentos de cada uno de los voluntarios, por más mínimos que parezcan hacen que las cosas funcionen para mejor.

Qué alegría sentí al darme cuenta del lugar donde estaba y he estado durante estos 3 años.

Derrepente la fila de comensales empezó a avanzar y de nuevo a saludar a las caras conocidas y a las que no, también =)

Agradezco a Dios por ponerme ahí y dejarse sentir en mis hermanos que me bendicen una y otra vez al recibir el alimento.

Melina González Acuña

La migración en la Biblia

       En esta lectura deseo hacer una reflexión sobre la migración vista desde una óptica bíblica. Cuando me decidí por este tema no visualizaba la magnitud que tiene dentro de las Sagradas Escrituras, esto es como “desenterrar los cimientos de un edificio para mostrarlo”.

       La migración es quizá la única condición humana que tiene su fiesta en el antiguo testamento, esta es “Sucot” ó la fiesta de los tabernáculos. El libro del levítico solicito a los Israelitas; “Durante siete días vivirán en chozas; todos Israel vivirá en chozas, para que sus descendientes sepan que yo hice vivir en chozas a los hijos de Israel cuando los saqué de la tierra de Egipto: ¡Yo soy Yavé, su Dios!” (Levítico 23:42,43). Cabe señalar, la palabra “Pascua” se asocia también a la migración. “Pascua” significa “pasar”, la pascua judía celebra el éxodo de Israel y el paso por el mar cuando las aguas se abrieron, para nosotros, la Pascua es el paso que Jesús dio de la muerte a la resurrección.

       Por los relatos bíblicos podemos señalar que el primer migrante fue Adán tras su salida de Edén y su peregrinar por el mundo, desde ese simbolismo, todos somos forasteros de esta vida hasta retornar a la casa del Padre. La biblia desde el Génesis hasta el Apocalipsis hace alusiones a la migración. Podemos señalar algunas historias; Caín tras asesinar a su hermano termina errante., Noé para salvarse construye un arca - aunque se salva del diluvio - su residencia cambio., Abraham abandono su patria para ir tras una promesa., el hijo de Isaac, Jacob, tuvo que abandonar su casa tras la furia de su hermano Esaú cuando intentaba matarlo por robar su primogenitura., José – el soñador - descendiente de Jacob, al ser vendido por sus hermanos tuvo que emigrar a Egipto., Moisés siendo un menor fue dejado a la buena de Dios para salvarlo de la furia del faraón y después, al crecer, tras asesinar a un hombre tuvo que huir a una tierra lejana y hacer vida fuera de su casa adoptiva., El rey David también lo vivió, tras vencer a Goliath, tuvo que huir de la envidia del rey Saúl, su predecesor., En la historia de los profetas; Jonás tuvo que establecerse en el Nínive a causa de la predicación., Elías que tuvo que huir de su tierra cuando era perseguido por los adoradores de Baal., Daniel como migrante tuvo que ser fiel a sus creencias hebreas en el reinado de Nabucodonosor., Otro caso muy importante es la deportación a Babilonia, que propicia la migración obligada pero también inserta en la historia de la salvación ese anhelo por retornar a la tierra, de esta experiencia nacerá el libro de las Lamentaciones.

       La migración también es plasmada en los propios evangelios. La Sagrada Familia tuvo que huir a Egipto cuando el Rey Herodes mando asesinar a los niños ó tras la resurrección de Jesús, en la gran comisión – ir y evangelizar a los pueblos – los mismos apóstoles se convierten en migrantes. Las propias cartas del nuevo testamento están impregnadas del pensamiento migrante, desde los viajes de San Pablo con triunfos y derrotas, hasta la teología desarrollada por los apóstoles que toma como base los textos del antiguo testamento – la patria celestial - y el retorno de los justos al Reino del Padre (Apocalipsis 7:9).

       Entonces, si la historia de la salvación fue otorgada de esta forma, haciendo muchísimas alusiones a la migración, puedo decir que los personajes bíblicos emigran por dos motivos; ó buscan una esperanza ó huyen para salvar sus vidas. En nuestra vida espiritual esto podemos interpretarlo de la siguiente forma; ó somos migrantes de esta vida y vamos por la fe anhelando entrar al Reino de Dios ó somos peregrinos de la vida - que obra por la fe – huir del infierno destinado para los demonios y los malvados.

       Sigamos en este peregrinar de la salvación, alegrémonos de la redención que Jesús nos otorgó, celebremos la pascua eucarística en el templo, pero también, participemos de la pascua física que viven los hermanos migrantes en su travesía.

Juan Carlos L.T.